Cultura e historia
Las prácticas de juego se formaron en la intersección de las tradiciones locales (juegos de mesa y calle, apuestas amistosas) y la influencia colonial española, que consolidó las loterías y las formas de ocio del club en Malabo y Bath.
Durante el periodo postcolonial, la cultura del juego contactó con casinos hoteleros y transmisiones de fútbol, pasando a formar parte de las vacaciones nocturnas de turistas y locales.
El entorno bilingüe (español/francés) influye en la publicidad y las interfaces, mientras que las normas religiosas y familiares enfatizan la moderación y la responsabilidad social.
Con la proliferación de smartphones, el hábito de las apuestas y los minijuegos ha pasado a ser online: son populares las sesiones cortas para móviles, los símbolos locales (océano, trópico, fútbol) y la cautela ante el riesgo.
El debate público se centra en los beneficios para el turismo y el empleo, en la transparencia de los sorteos y en la protección de los jugadores vulnerables.