Cultura e historia
Históricamente, Libia no ha desarrollado su propia cultura de juego.
Durante los períodos colonial y poscolonial, los clubes individuales y los salones cerrados existían principalmente como actividades de ocio para los extranjeros y la élite local en Trípoli y Bengasi.
Con la consolidación de las normas religiosas y la política estatal de prohibición, cualquier escena de juego legal ha desaparecido: los casinos y los sorteos están cerrados, la práctica pública de apuestas es socialmente inaceptable.
En la vida cotidiana de la ciudad sólo se conservan las formas de ocio no jugadas - backgammon (tawla), dominó, cartas y ajedrez en cafés, sin apuestas monetarias.
Después de 2011, el vector cultural no ha cambiado: la moral pública, las normas religiosas y la prohibición legal forman una ausencia sostenida de la industria del juego como parte del panorama cultural.