Cultura e historia
La tradición del juego japonés combina las prácticas antiguas y la cultura popular moderna.
En la era Edo y Meiji, el poder prohibió repetidamente los juegos de dinero amateur, pero los formatos domésticos - hanefuda/oityo-kabu, loterías callejeras, mahjong amateur - mantuvieron su popularidad.
En el siglo XX, el estado legalizó las apuestas «socialmente útiles»: carreras de caballos (keiba), keirin, carreras de barcos (kyōtei), más tarde, carreras de coches/moto y loterías (takarakuji), convirtiéndolas en parte de la cotidianidad urbana y la financiación del deporte/infraestructura.
Después de la guerra surgió el fenómeno pachinko/pachislot: salones ruidosos y vibrantes con un sistema de intercambio de premios se convirtieron en un símbolo del neón japonés y del ocio laboral.
En la cultura pop, las azartas - desde el manga y el anime (Kaiji, Akagi) hasta el cine - sirven como metáfora del riesgo y la voluntad de ganar; en el hogar quedan las «señales de buena suerte» (daruma, maneki-neko).
El Japón moderno combina el respeto a las reglas y el juego responsable (restricciones duras y autoexclusión) con un impulso constante a los rituales de la suerte y la competencia, y el código de juego cultural continúa actualizándose junto con los formatos digitales y los futuros resorts de IR.