Juegos y tragamonedas
La gama de juegos de Corea del Norte refleja su condición de mercado cerrado y políticamente controlado.
Los casinos dirigidos exclusivamente a extranjeros (en Pyongyang, Rason y SEZ) ofrecen un conjunto mínimo de juegos clásicos: baccarat, blackjack, ruleta y varias tragamonedas de video.
Todos los autómatas y mesas son importados, más a menudo de China o Macao, sin desarrollo local y marca.
Las ranuras se presentan en un número extremadamente limitado, sin jackpots progresivos ni sincronización en línea.
Los temas son neutros - frutas, mapas, números, símbolos clásicos; no existen motivos ideológicos o nacionales.
Para los ciudadanos del país, el acceso al juego está completamente cerrado, y los casinos operan en régimen de aislamiento estricto, bajo la supervisión constante de las autoridades de seguridad.
Las actividades lúdicas no se perciben como entretenimiento, sino como una herramienta para atraer divisas, y por lo tanto carecen de desarrollo masivo, cultural o tecnológico.