Cultura e historia
La cultura de juego de Filipinas se formó en la intersección de la influencia española y americana y las prácticas locales.
El tradicional sabong (peleas de gallos) se convirtió en un símbolo del azarte popular, mientras que las loterías y los sorteos se desarrollaron en las ciudades.
Con la creación de la supervisión estatal, la industria salió de la «penumbra»: aparecieron salones con licencia, más tarde los balnearios integrados de Manila y los clústeres regionales (Clark, Cebú).
La cultura de masas (cine, música, fiestas) ha consolidado la imagen del juego como parte del ocio, pero la política moderna enfatiza la responsabilidad: restricciones a la publicidad, KYC/AML, campañas educativas, así como la prohibición de formatos en línea controvertidos (por ejemplo, e-sabong).
El resultado es la combinación de una vibrante identidad tradicional de «juego» con reglas rígidas y orientación al turismo y MICE.