Casinos en la cultura
El casino francés no es sólo un lugar de juego. Es el escenario de la vida vespertina en la que se entrelazan la arquitectura de Belle Époque, la música, la moda, el coqueteo y el riesgo. En la cultura de Francia, el casino se ha convertido en un símbolo de elección y ocasión (hasard): el héroe desafía el destino de la misma manera que pone el chip en el número. De ahí la presencia sostenida de los casinos en novelas, películas y pintura.
Literatura: de Proust a Simenon
Proust. En «La búsqueda del tiempo perdido», el Balbec Resort (Proim - Kabur/Deauville) no solo es un paseo marítimo y un Gran Hotel, sino también conciertos de casino donde la sociedad secular escucha música, discute chismes y «toca» máscaras sociales. El casino de Proust es una metáfora del ritual y la observación: no se pone tanto dinero como reputación y sentimientos.
Flaubert, Maupassant, Kolette. Las escenas de playa y resort del siglo XIX-principios del XX suelen incluir salones de casino como parte natural de la velada: bolas, loterías, salas de cartas. Este es el trasfondo sobre el que los autores derivan los lotes psicológicos - celos, reclamos de «status», juegos de fingimiento.
Simenon. En «Maigret à Vichy» y otros textos, los casinos y balneológicos se convierten en un instrumento de ambiente: la luz suave, la orquesta, el zumbido de fichas y la moderación de gestos son el entorno ideal para desvelar personajes. La apuesta no es sólo dinero otra vez, sino la verdad sobre el hombre.
Cine: de Melville a Demi y más allá
«Bob le flambeur» (Ж.-П. Melville, 1956)
Casi un precursor de la Nouvelle Vague. La historia de un viejo jugador que sueña con robar en el casino de Deauville se esconde en los medias tonos plateados del noir. El casino es una tentación y a la vez un mecanismo de fatalidad: código de honor, ocasión y estilo.
«La Baie des Anges/Bahía de los Ángeles» (Jacques Demi, 1963)
Quintaesencia del tema francés del casino. Niza, el vestido blanco de Jeanne Moreau, el brillo de los pasillos... y el ritmo fascinante de la ruleta. Demi no filma sobre «ganar», sino sobre la forma de ser: cómo el azarte cambia la marcha, el lenguaje, el ritmo temporal de los héroes. Es una variación de película sobre el tema del amor y la adicción, donde el casino es el catalizador de la elección.
Nouvelle Vague: una mirada «a través del borde del marco»
Los «new wave» del casino aparecen como una señal de modernidad y riesgo.
Godard (ritmo de azar, improvisación, ruptura narrativa) del casino puede ser una metáfora del montaje: la apuesta es un raspón abrupto.
Truffaut y Romer tienen temporadas de vacaciones, salas de baile, terraplenes y cafés «hablando» con el mismo diccionario cultural: el caso es como co-autor de la trama.
Chabrol (salones burgueses, ambigüedades morales) tiene el «juego» a menudo en la mesa - en las estrategias sociales.
Fuera de la Nouvelle Vague, pero cerca en espíritu
Las películas de los años 60 y 80 continuaron la línea: en dramas criminales y melodramas, el casino es un nudo de tensión. El héroe viene a «ponerlo todo con», pero no cambia la vida por ganancia, sino por decisión en un momento de riesgo.
Iconografía: carteles, música, pintura
Carteles y carteles. Belle Époque ha dejado una gráfica lujosa de salones del balneario: aseos vespertinos, domos, escaleras, orquestas. Código visual - elegancia y luz.
Pintura. Raúl Dufy volvía a la Riviera - carreras de caballos, yates y salones que colindan con el casino. Para los artistas fue el ritmo de la temporada, el juego de luces en fachadas y vestidos.
Música y estrada. Chanson sobre Niza, Cannes y Deauville construye una imagen de «noche larga»: aperitivo, tango/jazz, - y en algún lugar cercano suena una ruleta. La música aquí es el puente entre el salón y el paseo marítimo.
La «clave» semántica: hasard como ética y poética
La cultura francesa lee el casino a través del concepto de hasard - «caso/heredad». En la novela es motivo de confesiones, en la película la óptica de montaje y elección, en la pintura es el parpadeo de la luz. A diferencia del «carnaval de la victoria» estadounidense, la tradición francesa habla más a menudo de la medida, el ritual y la observación: el juego es parte de la velada, no el centro del mundo.
Geografía de la imagen: Niza, Deauville, Engen-les-Bains
Niza. Terrazas, fachadas blancas, «La bahía de los ángeles»: el lenguaje cinematográfico de Demi recetó firmemente Niza como capital del azarte cinematográfico.
Deauville/Trouville. El paseo marítimo, las carreras de caballos, los festivales, el aura noir de Melville son un riesgo elegante para los sonidos de la orquesta.
Engen-les-Bains (cerca de París). Ciudad balneario y escenario de conciertos vespertinos: la cercanía a la capital lo convierte en un escenario natural para las historias contemporáneas.
«Seguimiento» cultural: estilo, moda, etiqueta
El casino secular ha formado una velada codificada: código de vestimenta, cortesía del repartidor, pausas entre espaldas, cena antes/después del juego, concierto o teatro cercano. En el cine se lee como una coreografía de gestos, en prosa... como una puntuación de frases. Incluso cuando los autores muestran adicción, la estética sigue siendo discreta - en este «tono francés».
Mini guide a la vista/lectura (juego de inicio)
1. Películas:- «Bob le flambeur» (1956) - Melville. Noir sobre el código del jugador y Deauville.
- «La Baie des Anges» (1963) - Demi. Niza, Jeanne Moreau y la poesía de la ruleta.
- Proust, los volúmenes de «Balbec» son conciertos y salas de casino como escenario social.
- Simenon, «Maigret à Vichy» es el ambiente de una ciudad balneario con un casino.
- Carteles de Belle Époque de los balnearios de Normandía y Riviera; pinturas de Raúl Dufy.
Rutas de cine
Niza (por Demi), por la noche: paseo marítimo → aperitivo junto al mar → sala/museo histórico → paseo nocturno por la «bahía de los ángeles».
Deauville (por Melville), fin de semana: playa y carreras de caballos → viejos carteles y fotos → una velada en el casino → bar de jazz en el paseo marítimo.
Engen-les-Bains (cerca de París), un día de semana: un paseo en el spa → un concierto en la sala → un juego de cámara → una cena tardía en la terraza.
Hoy: de la cita al remake
Los directores y creadores de vídeos contemporáneos citan por voluntad propia las escaleras, los candelabros, el ángulo de la mesa, los primeros planos de las fichas... esto se lee instantáneamente como «código francés». En la era del ocio digital, es el casino offline, con su ritual y etiqueta, el que sigue siendo el escenario vivo de la cultura, donde vuelven por la textura y los gestos.
Los casinos en la cultura francesa no son tanto sobre ganar, sino sobre ritual, estilo y elección. Proust lo convirtió en un espejo social, Melville en una arena de honor y fatuma, Demi en un poema sobre el amor y la adicción, y Nouvelle Vague en un laboratorio de forma y riesgo. Por lo tanto, el paseo por Niza o Deauville sigue sintiéndose como un fotograma cinematográfico: la velada, la luz de las fachadas, la música, y -algo en profundidad- el suave chupete de la rueda.