El entretenimiento de juego en Polonia se formó ondulantemente.
Durante la época de entreguerras, las elegantes casas de vacaciones (Sopot, Crinica) ganaron popularidad, donde el juego acompañaba la vida secular y el turismo.
Durante el período PNR, la industria estaba severamente limitada: las loterías y el totalizador seguían siendo admisibles como formatos controlados de ocio masivo.
Después de 1989, el mercado se reinició en un marco legal con prioridad de responsabilidad social: desarrollo de casinos terrestres en las grandes ciudades, institucionalización de loterías y apuestas, fuerte influencia de la ética católica en el debate público.
La cultura moderna del juego se basa en la moderación, el apoyo al deporte y la cultura a través de las deducciones, así como en un alto nivel de protección de los jugadores y transparencia.