El segmento fuera de línea rumano se concentra en Bucarest y las principales ciudades (Cluj Napoca, Constanza, Timisoara, Yassa).
Los casinos clásicos ofrecen ruleta europea, blackjack, baccarat, poker (caché y torneos) y una gran selección de tragamonedas de video con jackpots; clubes de ranura a menudo funcionan cerca.
La entrada a partir de los 18 años, documento obligatorio, las reglas de juego responsable y AML/KYC están en vigor.
Las tendencias de los últimos años son el crecimiento de los servicios cashless, programas de fidelización, renovación de la flota de tragamonedas, videovigilancia reforzada e infraestructura cómoda (bar/restaurante, mesas VIP).
Los turistas perciben el casino como parte del ocio nocturno, y los jugadores locales aprecian la reserva móvil de los torneos y los pagos rápidos en RON.
Los endurecimientos legislativos se refieren principalmente a las franjas horarias en localidades pequeñas, mientras que los grandes casinos de las ciudades siguen operando en un formato licenciado y controlado.