Juegos de azar y casinos en línea en Omán
Omán es uno de los estados islámicos más conservadores de la península arábiga,
donde el juego está oficial y religiosamente prohibido.
El país se adhiere estrictamente a los principios del Islam ibadita,
y la sharia es la base de la legislación.
Cualquier forma de juego - ya sea casino, apuestas o juegos en línea con dinero -
equivale al pecado (haram) y al crimen contra la moral pública.
Sin embargo, al igual que en otros países de la región,
en la era de Internet y las criptomonedas en Omán hay una escena oculta de gambling en línea,
sitios centrados en el anonimato y offshore.
Fundamento jurídico-religioso
El Islam es la religión estatal de Omán
a La Constitución (Ley fundamental del sultanato, art. 2) establece:El Corán condena categóricamente el juego (maysir),
equiparándolos con las «obras de Satanás» que conducen a la destrucción de la fe y a la enemistad entre los hombres.
(Sur Al-Maida, Ayats 90-91)
Por lo tanto, la prohibición del juego en Omán no sólo es legal, sino también espiritual
y cuenta con el apoyo tanto de las autoridades públicas como de los líderes religiosos.
Legislación y sanciones
Principales actos jurídicos:1. Código Penal de Omán (2022, art. 279-283) - Prohíbe la organización y participación en juegos de azar.
2. Ley de Delitos Cibernéticos (2011) - Incluye el gambling en línea en la lista de «actos que violan la moral pública».
3. Ley de Prensa y Publicaciones (1984) - Prohíbe la publicidad, promoción y difusión de información sobre casinos.
Posibles sanciones:En algunos casos, las penas pueden combinarse con medidas de influencia religiosa,
incluyendo la censura pública y la restricción del empleo en las estructuras públicas.
Situación real
A pesar de las estrictas leyes, en Omán, como en muchos países islámicos,
los juegos de azar no han desaparecido - simplemente se han ido en línea y el espacio criptográfico.
Control estricto de la vida social
se combina con la relativa libertad de acceso a Internet,
lo que crea las condiciones para el desarrollo del gambling oculto a través de plataformas offshore.
Principales características del mercado clandestino:- el uso de VPN y servicios proxy para eludir bloqueos;
- depósitos y pagos a través de criptomonedas (Bitcoin, USDT, Tron, Ethereum);
- participación en casinos offshore (1xBet, Stake, BetWinner, BC. Game, Cloudbet);
- publicidad privada y «espejos» en Telegram y Discord;
- apuestas en deportes internacionales - fútbol, cricket, Fórmula 1.
Según el informe analítico Middle East Online Gaming 2024,
unos 90.000 usuarios de Omán visitan los casinos offshore mensualmente,
y el volumen total de gambling ilegal en el país se estima en más de 250 millones de dólares al año.
Control y supervisión
El control de la seguridad de Internet y de la información se lleva a cabo mediante:- Ministerio de Transporte, Comunicaciones e Información (MTCIT) - Bloqueo de sitios y VPN;
- Royal Oman Police (ROP) - Lucha contra la ciberdelincuencia y las actividades ilegales;
- La Autoridad de Asuntos Islámicos es la supervisión religiosa y la formación de la moral pública.
Prácticamente todos los sitios que contienen las palabras clave «casino», «bet», «slots»,
están bajo bloqueo automático.
Sin embargo, los usuarios utilizan activamente TOR y servicios DNS cifrados,
lo que hace que la supresión total del juego en línea sea imposible.
Gambling en línea y criptomonedas
Las criptomonedas de Omán están autorizadas oficialmente para fines de inversión,
pero está prohibido su uso en juegos de azar y «transacciones financieras ilegales».
El Banco Central de Omán (CBO) en 2023 recordó,
que el uso de criptomonedas con «fines no morales» puede dar lugar a responsabilidad penal.
Sin embargo, es la cripta la que se ha convertido en la principal herramienta para eludir las prohibiciones bancarias.
Los jugadores depositan fondos a través de Binance P2P, OKX, TronLink
y realizan transacciones anónimas sin la participación de bancos locales.
Aspecto sociocultural
La sociedad omaní es profundamente tradicional y religiosa.
El juego se percibe como un pecado y una amenaza para la estabilidad social.
Los imanes y los eruditos religiosos advierten regularmente,
que la participación en apuestas y casinos en línea «conduce al empobrecimiento espiritual y la pérdida de dignidad».
Sin embargo, entre la generación más joven,
especialmente los estudiantes y profesionales de TI,
hay un creciente interés en el cripto-gambling y las plataformas internacionales de juego.
Para ellos, el azarte es el entretenimiento digital,
y no una violación de las normas religiosas si «se juega en secreto y por pequeñas sumas».
"No lo llamo azarte - es sólo un pasatiempo. Juego al criptocasino porque amo el riesgo, no por pecado"
Dimensión económica
Omán tiene una economía estable basada en el petróleo y el gas,
y no necesita la legalización del casino como fuente de ingresos.
Sin embargo, el país está desarrollando tecnologías digitales, blockchain y fintech,
lo que en el futuro podría conducir a la creación de una industria del entretenimiento en línea regulada
para inversores extranjeros y turistas.
Algunos expertos creen que
que para 2035 Omán podría considerar licencias limitadas para los casinos del resort,
dirigido a turistas extranjeros en las zonas costeras -
siguiendo el ejemplo del proyecto saudí NEOM o del emirato de Ras al-Jaim en los Emiratos Árabes Unidos.
Perspectivas
A corto plazo (hasta 2030)
el juego en Omán permanecerá completamente prohibido.
Sin embargo, la digitalización y las tendencias globales,
así como la presión de los competidores regionales (Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Bahrein),
puede dar lugar a un liberalismo gradual en relación con las «licencias de entretenimiento»
para operadores internacionales.
Omán es un país donde la tradición religiosa es más fuerte que el interés comercial.
El juego permanece prohibido aquí,
y la sociedad los ve como una amenaza a los valores espirituales y familiares.
Sin embargo, en el mundo de las criptomonedas y VPN
Azart ya ha encontrado un lugar para sí mismo, tranquilo, oculto, pero estable.
pero hay jugadores cuyas apuestas se hacen en la sombra digital,
donde el riesgo es un asunto personal, no un pecado público.
Omán sigue siendo un símbolo del estricto enfoque islámico,
donde la ley y la fe están unidas,
pero la realidad se está moviendo gradualmente hacia una era de compromiso digital.