La trayectoria más cercana es la evolutiva, sin liberalizaciones drásticas.
La arquitectura regulatoria establecida por Gambling Act 2016 y la supervisión de FSRC/Directorate of Offshore Gaming seguirá siendo la base: la jurisdicción seguirá vendiendo licencias de juego interactivo e interactivo como servicio de exportación, manteniendo la imagen de «Tier-1» a través de apriete due diligence, AML/CFT y monitoreo técnico.
Se esperan actualizaciones puntuales: actualización de los requisitos de los proveedores, transparencia de pagos y monitoreo remoto, manteniendo la matriz de tarifas subyacente (puntos de referencia: US $100k anuales ~ por juego interactivo y US $75k ~ por juego interactivo, más reservas/monitoreo).
El circuito exterior seguirá viéndose afectado por años de disputa de la OMC (DS285) con Estados Unidos sobre los servicios transfronterizos en línea: declaraciones periódicas sobre posibles pasos de retorsión sobre la PI apoyan la agenda de negociación, pero no cambian el modelo «operativo» del mercado.
El segmento offline (alrededor de King's Casino en St. John's) persistirá como nicho dependiente del turismo de cruceros; no se ven extensiones de sistema de sitios.
La digitalización y exportación de servicios B2C/B2B seguirá siendo el principal motor de crecimiento.