Prohibición de casinos tras la llegada al poder de Fidel Castro (Cuba)
La victoria de la revolución en enero de 1959 fue una cuenca hidrográfica para la industria cubana del juego. Los casinos, símbolos del «antiguo régimen» y de influencia extranjera, fueron cerrados y los hoteles-resorts perdieron sus salas de juego y pasaron al control del Estado. La Habana de «Las Vegas Caribes» se ha convertido en la capital del nuevo modelo socialista, con una actitud diferente hacia el entretenimiento, el turismo y el capital privado.
1) Razones político-ideológicas de la prohibición
Agenda anticorrupción: los casinos se asociaron con retrocesos, mecenazgo de funcionarios y dinero «sucio».
Óptica antiimperialista: el auge del juego era percibido como una dependencia de la demanda externa (sobre todo estadounidense).
Justicia social: el nuevo poder buscaba distanciarse del «lujo escaparate», contrastándolo con la movilización de recursos para educación, salud e infraestructura.
Argumento moral y cultural: los casinos eran llamados «focos del vicio», socavando la disciplina laboral y los valores familiares.
2) Cronología y mecánica del desmantelamiento (1959-principios de 1960)
Enero-primavera de 1959: cierre masivo de los salones de juego; parte de las canchas están inactivas, parte - temporalmente se rediseñan para el espectáculo sin jugar.
1959-1960: control estatal de hoteles y discotecas, cancelación o cancelación de permisos de juego.
1960-1961: ola de nacionalización de la gran propiedad privada y de la propiedad de empresas extranjeras; los casinos como modelo de negocio desaparecen.
Años posteriores: medidas penales contra los juegos ilegales «clandestinos»; las instituciones culturales (cabarets, escenas) se conservan puntualmente, pero sin mesas de juego.
3) Qué fue exactamente lo que se cerró y cómo se redistribuyó la infraestructura
Casinos en hoteles: Riviera, Capri, Deauville, Habana Hilton, partes de los salones del Hotel Nacional, etc. - espacios de juegos cerrados, equipo cargado o retirado.
Cabarets y clubes: conservados como escenarios/locales de restaurantes bajo una nueva política cultural, pero sin apuestas ni mesas.
Máquinas tragamonedas: desmontadas, almacenadas o destruidas; Se ha interrumpido la importación y el mantenimiento.
Fotogramas: crupier, cajeros y gerentes se van a otras esferas, emigran o se vuelven a formar; parte de los artistas y el personal de mantenimiento permanecen en el segmento de conciertos y gastronomía.
4) Consecuencias económicas
Reducción del turismo «de divisas»: la fuerte caída del flujo estadounidense se intensificó por la confrontación política y el embargo (1960).
Cambio de modelo turístico: apuesta por viajes organizados desde países amigos, intercambios culturales y educativos en lugar de «economía nocturna».
Redistribución de ingresos: los recursos que antes giraban en industrias «rápidas» (casinos, bares, espectáculos privados) se dirigen a los programas estatales.
Efectos secundarios: pérdida de un segmento de alto rendimiento, disminución del empleo en el sector del entretenimiento y la hostelería, especialmente en La Habana.
5) Cambio social y cultural
El fin de la imagen de la «Habana divertida»: la ciudad deja de vender «escenario nocturno» cena-show-casino; la moral pública se está reformando para ajustarse a las normas socialistas.
Reprivatización ideológica de la cultura: las escenas y cabarets se transforman en sitios con un programa «correcto» - música nacional, coreografía, agitación.
Memoria y mito: la era prerrevolucionaria se fija como un mundo pasado «deteriorado»; al mismo tiempo, se conserva un mito nostálgico en la diáspora y en la prensa extranjera.
6) Lucha contra la clandestinidad
Criminalización de juegos ilegales: allanamientos, confiscaciones, procesos reveladores contra organizadores de «casinos domésticos».
Prevención: campañas ideológicas, restricciones a las formas «burguesas» de ocio, mayor control de la vida nocturna.
El resultado: los formatos clandestinos se mantuvieron focalizados, pero no se convirtieron en una industria de masas debido a las duras sanciones y la baja rentabilidad en las nuevas condiciones.
7) Factor geopolítico
Ruptura con Estados Unidos: desaparición de la principal fuente de clientes e inversiones «rápidas».
El cambio hacia el bloque socialista: el turismo se vuelve planificado e ideológicamente cargado; la prioridad es la solidaridad internacional y la agenda cultural «correcta».
Guerra de la información: la imagen de los casinos cerrados es utilizada por ambas partes - como símbolo de «purificación» (Cuba) y como señal de «expropiación» del capital privado (Estados Unidos).
8) Efectos a largo plazo y patrimonio
Transformación del tejido urbano: de un «resort integrado» a centros culturales estatales, hoteles sin casino, salas de conferencias.
Fuga de competencias: directivos, crupier, profesionales de la promoción se fueron y se sumaron a otros mercados (Estados Unidos, Caribes, Latinoamérica).
Simbolismo histórico: la prohibición del casino se ha convertido en una «reforma icónica» que demuestra la ruptura con las prácticas de mecenazgo, los lazos mafiosos y el lujo demostrativo.
9) Comparación «antes» y «después»
10) Resultado
La prohibición de los casinos en 1959 no sólo fue un paso administrativo, sino también un manifiesto de un nuevo modelo de sociedad. Rompió el paquete de «casino - turismo - dinero externo» en el que se sostenía la posguerra de La Habana, y trasladó la ciudad y el país a los rieles de la economía planificada, la cultura ideologizada y el control centralizado. El precio es la pérdida de un segmento altamente rentable y parte de la identidad urbana; el beneficio es el distanciamiento político y simbólico del pasado corrupto. Por eso la prohibición de los casinos sigue siendo un acontecimiento clave que definió la trayectoria de Cuba durante décadas en adelante.