La formación de la cultura de juego de la República Dominicana fue paralela al crecimiento de la industria turística: desde los ayuntamientos de Santo Domingo y Puerto Plata hasta los complejos vacacionales de Punta Cana/Bávaro.
Los casinos encajaban orgánicamente en la vida nocturna local - junto al merengue y bachata, los espectáculos de cabaret y el escenario del bar, creando una atmósfera caribeña reconocible.
Históricamente, los populares sorteos de lotería y puntos de apuesta han complementado el perfil «resort», donde el juego forma parte del ocio vespertino de los invitados.
El tema de las salas y ranuras a menudo se refiere al mar, el ron, el café y los trópicos, aumentando el sabor local y la participación.
Con el desarrollo del turismo, el énfasis se ha trasladado al juego responsable, la verificación y la transparencia para mantener el equilibrio entre el entretenimiento y la protección de los jugadores.
Hoy en día, la identidad cultural de la RD es la música + playas + casinos, donde el patrimonio histórico y la infraestructura moderna mantienen la imagen del país como un vibrante centro de entretenimiento caribeño.