El sector de juego de la RD está integrado en el modelo de resort y refuerza los multiplicadores para hoteles, F&B, retail y entretenimiento, creando empleo directo e indirecto.
Los ingresos se generan a partir del GGR/NGR, las tarifas de licencias y los ingresos fiscales que se reinvierten en el control, la seguridad y el juego responsable.
La infraestructura de pago se basa en DOP/USD, lo que simplifica los cálculos para los turistas y estabiliza los operadores cash-flow.
La estacionalidad se suaviza gracias a los flujos de todo el año, la ocupación máxima es mantenida por los eventos MICE y la demanda de playa invernal.
La gestión se basa en KPI: asistencia, ARPU, hold, RTP/volatilidad, ADR y ocupación hotelera, así como una cuota de revenue no gaming.
El refuerzo de AML/KYC, modelos de cachés y análisis de datos aumenta la transparencia y la marginalidad.
A medio plazo se espera un crecimiento sostenido debido a la expansión de la infraestructura hotelera, la omnicanalidad (casino + online) y el tráfico turístico estable.