Los casinos terrestres de la República Dominicana se concentran en Punta Cana/Bávaro, Santo Domingo, Puerto Plata, La Romana y Santiago, donde se integran en grandes balnearios y hoteles urbanos.
Los formatos van desde plataformas de tamaño completo con mesas (ruleta, blackjack, poker) hasta salas compactas con jackpots progresivos y mesas electrónicas.
Las zonas VIP, las mesas privadas y los servicios de host personal están disponibles para los hyroller; los casinos apoyan programas de espectáculos, gastronomía y compras, aumentando los ingresos no gaming.
Los operadores siguen los procedimientos de verificación (generalmente 18 +), control de acceso, AML/KYC y juego responsable (límites, autoexclusión, monitoreo de transacciones).
El perfil turístico del país y el sistema todo incluido aseguran un tráfico estable todo el año, y los eventos MICE ayudan a suavizar la estacionalidad.
Tecnológicamente, las plataformas implementan soluciones de cashles, seguimiento de jugadores y análisis para personalizar los offers, lo que mejora el servicio y la retención.