En la República Dominicana, el juego está bajo la supervisión del Ministerio de Hacienda a través de la unidad especializada Dirección de Casinos y Juegos de Azar, que emite licencias, realiza inspecciones y aplica sanciones.
Los casinos terrestres suelen estar vinculados a complejos hoteleros y turísticos y operan bajo permisos con requisitos establecidos de espacio, equipamiento y personal.
También son legales los puntos de apuestas deportivas y los productos de lotería, para los que se establecen reglas separadas para informar y controlar los pagos.
A todos los participantes en el mercado se les aplican las normas AML/KYC, la verificación de los jugadores y los procedimientos de juego responsable, incluidas las restricciones para los menores, los reglamentos de publicidad y el mantenimiento de registros de operaciones.
Los casinos en línea, como una clase separada de licencias, se desarrollan de forma limitada: las autoridades se centran en el segmento terrestre y la transparencia de pago, y los productos a distancia sólo se admiten bajo permisos acordados y certificación técnica.
Este modelo mantiene la transparencia, protege a los jugadores y mantiene el atractivo del clúster de juegos turísticos del país.