El mercado terrestre de Haití es pequeño y fragmentado: los casinos funcionan puntualmente, más a menudo en hoteles y complejos de entretenimiento en las grandes ciudades.
La estructura de la oferta está dominada por ranuras de video y ruletas electrónicas, mientras que las mesas con distribuidor se presentan de forma limitada; para los huéspedes habituales son posibles mini-zonas VIP y programas básicos de fidelización.
Los operadores cumplen con los requisitos de la Loterie de l' État Haïtien (LEH) para contabilizar pagos, reportes y tolerancia de 18 +, implementan controles de acceso, cámaras y disciplina de caja registradora.
La demanda depende de la temporada turística y de la actividad empresarial local; la estabilidad operativa se ve afectada por cuestiones de seguridad e infraestructura (suministro eléctrico, comunicaciones), por lo que los sitios invierten en soluciones de respaldo.
Las salas de ranura informales y los puntos sin licencia se convierten periódicamente en un tema de aplicación, y los casinos legales mantienen el enfoque en la transparencia, el enfoque responsable y el servicio básico para los huéspedes.