La cultura de juego de Panamá se formó en la intersección del Canal de Panamá, el turismo de tránsito y la influencia de Estados Unidos: ya a mediados del siglo XX, bajo los grandes hoteles de la ciudad de Panamá, aparecieron los primeros casinos para marineros, viajeros de negocios y expatriados.
Con el tiempo, el juego se ha entrelazado con la vida nocturna urbana - Casco Viejo y el barrio Calle Uruguay se han convertido en centros de gastronomía, música y espectáculos, donde los casinos se complementan con programas vespertinos.
Las tradiciones de la lotería y los sorteos benéficos se han arraigado en la cultura popular; las temporadas de carnaval dan a la escena del juego un tono vibrante y festivo.
La estética de los temas locales -el Canal de Panamá, la costa caribeña, los patrones de mola, el vestido de «poller» - se refleja en el diseño de los salones y el tema de las tragamonedas, reforzando el sentido de identidad.
La actitud pública ha evolucionado desde el «entretenimiento turístico» hasta el ocio regulado, donde se destaca el juego responsable y la protección de los jugadores.
Hoy en día, el patrimonio histórico del centro de tránsito y la cultura cosmopolita mantienen la imagen de Panamá como un elegante centro de entretenimiento para los visitantes y locales del país.