La industria del juego en Panamá está incrustada en la economía de servicios del país y refuerza los flujos hacia el turismo, hoteles, restaurantes, retail y MICE, generando empleos directos e indirectos.
Los ingresos se generan a través de GGR/NGR, tasas de licencias y deducciones fiscales que apoyan los presupuestos públicos y las iniciativas de juego responsable.
El mercado se basa en la infraestructura del dólar (USD) y los carriles de pago desarrollados, lo que reduce los costos de transacción y aumenta la previsibilidad del flujo de efectivo.
La demanda alimenta los viajes de negocios y los flujos de tránsito, por lo que la estacionalidad se suaviza, y la carga de casinos y clústeres de entretenimiento está cerca de la estabilidad anual.
Operadores e inversores se centran en KPI: asistencia, ARPU, hold, RTP/volatilidad, ADR y ocupación hotelera, así como una participación de revenue no gaming.
La mejora del cumplimiento (AML/KYC), los análisis de datos y los modelos Cashles apoyan el aumento de la productividad y la marginalidad.
A mediano plazo, se espera una expansión sostenida a través de la actualización de la infraestructura del resort y el canal en línea, manteniendo el papel de Panamá como centro regional de entretenimiento y servicio.