En Panamá, el segmento online funciona en formato e-gaming bajo el control de la JCJ, con énfasis en la transparencia y la seguridad.
La concesión de licencias incluye la verificación de los beneficiarios, la sostenibilidad financiera y la certificación de la plataforma; a menudo se establecen requisitos para alojar servidores/nodos de respaldo en centros de datos aprobados, planes de DR, registros de eventos e informes regulares.
Las ofertas locales están reguladas de forma conservadora, por lo que una gran parte de las licencias están orientadas a los mercados internacionales (con restricciones geográficas para los residentes).
La infraestructura de pago se construye alrededor del USD: tarjetas bancarias, transferencias y billeteras digitales; los modelos Cashles y la tokenización de pagos se mantienen bajo estricto control.
El uso de criptoactivos solo es posible si se cumplen los requisitos de origen de los fondos y se tiene en cuenta la volatilidad, sin sustituir el control fiat.
21 +, verificación obligatoria, AML/KYC, límites, auto-exclusión y herramientas de juego responsable son válidos para los jugadores.
Este régimen mantiene el equilibrio entre el atractivo de la inversión y la protección de los jugadores, manteniendo el crecimiento sostenido del segmento en línea.