El sector offline colombiano está representado por grandes casinos y una extensa red de «salas de juego».
Los principales clústeres son el área metropolitana (Bogotá), Medellín y Cali, así como los destinos balnearios del Caribe (Cartagena, Santa Marta), donde se integran los locales de juego con hoteles, restaurantes y locales de conciertos.
Producto tipo: tragamonedas de video/EGM, ruleta electrónica y en vivo, blackjack, mesas de poker y torneos locales, zonas deportivas-bar para partidos-días.
Los operadores trabajan bajo contratos de concesión con Coljuegos, asegurando la certificación de equipos, contabilidad en línea y medidas de juego responsable (KYC/18 +).
Las tendencias son la renovación de los parques EGM, la premialización de los salones en las zonas turísticas, los eventos cruzados con hoteles y estándares operativos más estrictos.