El papel de los reguladores: la protección de los jugadores y la honestidad de los juegos
El resultado. Un regulador fuerte es una garantía de matemáticas honestas, pagos seguros y una actitud respetuosa hacia el jugador. Para el operador, no es un «freno», sino una infraestructura de confianza: sin ella, el mercado pierde rápidamente su reputación, y con ello, su sostenibilidad.